El secuestro y posterior ejecución del equipo de diario El Comercio marcó un antes y un después en las coberturas de la frontera entre Ecuador y Colombia. El periodista Javier Ortega, el fotógrafo Paúl Rivas y el conductor Efraín Segarra realizaban una cobertura noticiosa de los hechos de violencia desatados desde enero de 2018 en San Lorenzo, Esmeraldas. EL grupo llegó hasta el poblado de Mataje para recoger testimonios y captar imágenes de la zona donde, pocos días antes, cuatro infantes de Marina murieron en un atentado con una bomba. En ese sitio fueron secuestrados por miembros de la organización narcodelictiva Oliver Sinisterra, que luego los trasladaron a la selva colombiana.
Los reporteros Arturo Torres y María Belén Arroyo investigaron las razones del violento e inesperado desenlace. La tardía decisión del Gobierno de canjear a los rehenes por tres disidentes detenidos en Ecuador fue uno de los detonantes. Pero hubo otro motivo, mantenido en secreto y revelado en este libro.
Pese a que el líder de los armados, Walther Arizala Vernaza, Guacho, fue abatido, las organizaciones que trabajan con los carteles de la droga siguen operando en el límite de ambos países. Los Estados aún no recuperan el control total de esos territorios, pese al envío de miles de uniformados.